Se habla mucho sobre cómo escribir un diario, sin embargo, algo que se comenta poco pero que es esencial es entender por qué quieres escribir un diario. Hay un gran número de personas que abandonan esta tarea a los pocos meses. Hoy todos los libros de crecimiento personal y canales de Youtube nos dicen que los grandes pensadores de todas las épocas escribían un diario y que, por esa razón, tú también debes hacerlo. Pero, lo cierto es que no es una razón válida. Primero, no sabes si el diario les ayudaba a ser mejores, o si simplemente al ser personas con muchas ideas necesitaban un diario para ordenarlas, en este caso, escribir el diario no es la causa sino la consecuencia de tener ideas. Segundo, probablemente hay tantas personas de éxito que tienen un diario como persona de éxito que no lo tienen. De modo que no te obligues a tenerlo si no lo necesitas para nada.
Yo, personalmente, lo uso. Pero lo primero que hago, y que considero esencial, es escribir en la primera página el por qué lo escribo. Esto me ayuda por tres razones. La primera es que, si en algún momento no tengo ganas de escribir, recordar el por qué estoy haciéndolo me motiva. La segunda, porque cuando no pones un objetivo claro a tu diario pierde el sentido hacerlo, y lo más probable es que cuando la ilusión de ser como Marco Aurelio se desvanezca y te encuentres perdiendo el tiempo haciendo algo que no tiene sentido para ti, abandones. La tercera razón es que, si tienes que decidir un método concreto o en algún momento te planteas cambiar la técnica que usas para escribir, recordar el por qué haces este diario te puede ayudar a valorar si es una buena decisión o no.
Un ejemplo: En mi caso, el motivo de escribir un diario es el siguiente.
Ser más consciente del día para usar mejor mi tiempo, estar más presente y disfrutar más la vida.
Hay quien usa su diario para evaluar si vive en base a sus valores, hay quien lo hace para conocerse mejor, para liberar la mente de pensamientos, para planificar sus objetivos, revisar sus errores y mejorar y otros mil objetivos diferentes. Lo importante es que tengas claro el tuyo. Si no tomas conciencia de tu objetivo es difícil decidir qué es lo que deberías escribir.
Dicho esto, si te interesa el mismo objetivo que tengo yo, continúa leyendo. Si no, probablemente lo que viene a continuación te servirá de poco.
En base a mi objetivo, hago dos ejercicios de escritura, uno por la mañana y otro por la noche.
Por la mañana, divido
Preparación por la mañana
El ejercicio de la mañana es de escritura libre, y lo que hago es escribir para tomar más consciencia del día que tengo por delante. Para hacerlo elijo una de las siguientes tres técnicas:
- La primera técnica comienza con esta frase “Imagina que al levantarte te han anunciado que hoy es tu último día”. A partir de aquí escribo libremente lo que pasa por mi cabeza. Este ejercicio me ayuda a ser consciente de la efimeridad de la vida. Tener presente que algún día moriremos te ayuda a relativizar los problemas, y reconducirte a ti mismo hacia aquellas cosas que realmente son importantes. Si, por ejemplo, llevas tiempo preocupado por algo del trabajo, usa esta técnica.
- La segunda técnica consiste en narrar el día que tienes delante como si fuera una historia. Los humanos tenemos una predisposición a escuchar historias y, en cambio, nos aborrecen las listas de tareas. Si escribes el día que tienes delante en formato de novela, curiosamente, dejas de tener una lista de tareas aburridas en frente de tí y pasas a tener una historia que te apetece vivir. A veces, incluso pongo un párrafo de contexto, de quien soy y del camino que he hecho hasta hoy, exactamente como lo harían en una novela al presentar un personaje. Este contexto también te ayuda a recordar en qué momento de tu vida te encuentras y a reconocer tu día como una parte de este marco más amplio.
- La tercera técnica consiste en visualizar el éxito de los acontecimientos más importantes que tienes hoy. Este es un ejercicio de visualización. Realmente no es necesario escribir, pero personalmente me ayuda a dirigir el pensamiento hacia donde quiero. Imagina que tienes que ir a un curso de alemán. Probablemente lo ves como una tarea pesada. Lo que hago es recordarme por qué estoy haciendo Alemán con dos preguntas: ¿cómo me sentiré si hoy hago la tarea? y, ¿cómo me sentiré si alcanzo mi objetivo dentro de un año, por ejemplo, de poder tener una conversación fluida en alemán?
Revisión por la noche
La segunda parte de este ejercicio es por la noche.Consiste en hacer un recuento de en qué has invertido el tiempo durante el día. Mientras vas pensando en tu día, evalúa si aquello merecía la pena, si has estado presente y si has actuado correctamente. Pasar esta pequeña revisión nocturna, te ayuda a estar más presente durante el día ya que sabes que por la noche te evaluarás a tí mismo.
Finalmente, por la noche, me doy unos últimos minutos para escribir lo que llamo “Takeaways”. Éstos pueden ser anécdotas, sucesos concretos o simplemente pensamientos que describen una fase de mi vida.Los intento resumir máximo en dos frases y siempre en el mismo sitio de la página (en mi caso, al final de la página izquierda), de este modo es fácil recorrer todos los “Takeaways” pasados para recordar las fases de tu vida sin tener que leer todo el diario. Algunos ejemplos variados:
- Comienzo a trabajar en una nueva empresa.
- Leyendo la novela: Los renglones torcidos de dios.
- He podido tener mi primera conversación en alemán en una cafetería.
- Compro entradas para el concierto de Tom Yorke.
- Lo bueno de la vida es que, para disfrutarla, no tienes que hacerlo bien, solamente tienes que QUERER hacerlo bien.
Últimos consejos
A mí, personalmente, me gusta marcar los párrafos que querré recordar en el futuro. Simplemente dibujo una línea al lado para saber que es un párrafo importante y poder volver a él en el futuro.
Finalmente, no te sientas obligado a escribir. A veces, puedes dejarte un rato para reflexionar antes de comenzar. Hay quien te aconsejará ponerte a escribir cualquier cosa, pero esto de nuevo depende del objetivo. En este caso no estás intentando sacar ideas de tu cabeza o hacer una técnica de introspección, sino ser más consciente de tu vida. De modo que, si antes de escribir reflexionas un poco, por ejemplo, usando la primera técnica del primer ejercicio y visualizando que hoy es tu último día, te ayudará a poder hacer el ejercicio de escritura más efectivo.
Como siempre, ¡ahora te toca a tí!