Treinta minutos para parar a revisar y pensar

Desde hace ya más de un año que tengo 30’ reservados en mi calendario para revisar tanto lo que he hecho durante el día como lo que tengo el día siguiente y pensar en mi situación actual. Puede parecer algo muy básico, tanto que hasta me daba vergüenza decir que comencé a hacerlo solo hace un año, sin embargo, hablando con algunos compañeros he visto que no es tan frecuente.

Debajo explico cómo me organizo personalmente estos 30′, aunque creo que lo importante es simplemente tener 30′ para parar a revisar y pensar de la forma que sea, que el formato en sí.


Ejercicio

Tengo una libreta en la que apunto todo lo importante que sucede durante el día, desde tareas hasta ideas e información importante. 

Lo que hago durante estos 30’ diarios es un ejercicio de tres partes:
 

  1. MIRADA AL FUTURO: Primero reviso el calendario para ver los eventos o reuniones del día/semana siguiente. Esto me da la posibilidad de ver qué debería prepararme y cuánto tiempo libre tengo para las tareas.
  2. MIRADA AL PASADO: Luego reviso la libreta. De este modo recuerdo las tareas que debo hacer y la información o ideas importantes que me pueden ayudar en el en las próximas reuniones o proyectos.
  3. MIRADA AL PRESENTE: Finalmente me doy un tiempo para pensar en cómo estoy ahora mismo. Una forma sencilla de hacer este ejercicio es preguntarse: ¿Me siento bien o mal? y ¿Por qué?
    1.  Si me siento bien: ¿Qué ha sucedido? Si he tenido éxito en algo ¿qué he hecho bien y cómo podría repetirlo? Si simplemente me siento bien ¿cuáles han sido los activadores de mi bienestar? y ¿cómo puedo usarlos en otros momentos?
    2. Si me siento mal: ¿Qué me preocupa, por qué y qué debería hacer para solucionarlos? (puedes dibujar tres columnas e ir rellenandolas con la información.

Recomendación: En el último punto del ejercicio (mirada al presente) personalmente me ayuda escribir las respuestas y pensamientos en una hoja. A veces «pensar» sobre un tema sin más es difícil, tenemos otros temas en la cabeza y no sabemos por dónde empezar. La escritura, sorprendentemente, ayuda a guiar el pensamiento de una forma más precisa y estructurada. Así que si te cuesta ponerte a pensar, simplemente escribe.

Por qué hacerlo y qué me ha sucedido a mí

Hasta hace poco tomaba apuntes de todo tipo, el problema es que con apuntarlo no es suficiente, antes no tenía el hábito de mirar la libreta a diario y esto hacía que por un lado se me pasarán por alto algunas tareas, y por otro que no me acordara de alguna información que podía serme útil en proyectos o reuniones.

Este ejercicio es sencillo pero increíblemente efectivo.

Por un lado, porque me da la confianza en mí mismo de saber que cuando apunto algo en la libreta lo revisaré ese mismo día, lo cual me da control y tranquilidad.

Además de tener más control sobre mis tareas, me da la oportunidad de tener un momento para evaluar la información que he ido recogiendo y pensar cómo la utilizo. Hacer esto a diario me da la oportunidad de aprovechar información que mi memoria no retiene.

El último ejercicio me ayuda a mejorar mi inteligencia emocional pero también a identificar nuevas vías de aprendizaje o a resolver problemas que tengo delante. A menudo, no somos conscientes de nuestros problemas más evidentes y los vamos evitando hasta que son urgentes. La mirada al presente te ayuda a ser consciente de estos problemas y a enfrentarte a ellos.

Como siempre, ¡ahora es tu turno!