Descripción general del ejercicio
El aprendizaje es una herramienta básica para el desarrollo, sin embargo, al contrario de lo que muchos piensan, no nos han enseñado cómo aprender de la forma más efectiva.
En su libro “aprendiendo a aprender”, Héctor Ruiz nos da algunos tips prácticos para que nuestro tiempo invertido en el aprendizaje sea más provechoso.
La idea general es basar el aprendizaje en dos fases: Evocar y elaborar.
- Evocar: Consiste en conectar tu memoria de trabajo con tu memoria a largo plazo. Esto te permite que el aprendizaje sea más duradero ya que te permite conectar las ideas que estás aprendiendo en este mismo momento con ideas que ya tienes integradas en tu cerebro. Un ejemplo de esto es que cuanto más sabes de un tema en concreto, más rápido aprendes nuevas cosas sobre ese mismo tema, ya que a tu cerebro le resulta más fácil hacer conexiones entre lo que está aprendiendo en este mismo momento y lo que ya sabe.
- Elaborar: Consiste en expresar de alguna forma lo que has aprendido. El aprendizaje no está completo hasta que no eres capaz de representar lo que sabes. Seguro que tu mismo te has encontrado alguna vez intentando expresar algo que creías saber bien sin éxito. Esto es porque solo habías hecho parte del proceso de aprendizaje.
Cómo lo hago
Para poner en práctica la teoría, hay tres ejercicios que debes llevar a cabo durante la sesión de estudio:
- Antes de comenzar la sesión: Apunta en una hoja qué sabes de este tema. Hazte preguntas, encuentra donde están tus límites, hasta donde llega tu conocimiento sobre la materia, apunta las dudas. Esto te permitirá evocar toda la base de datos que tienes en tu memoria a largo plazo sobre este tema, de modo que estarás más predispuesto a hacer conexiones durante la sesión de estudio.
- Mientras estudies ves parando de vez en cuando para preguntarte: ¿A qué me recuerda esto?, ¿con qué puedo conectarlo? Intenta encontrar vínculos entre lo que estás leyendo o escuchando y los conceptos que ya tienes aprendidos.
- Al finalizar la sesión de estudio reproduce de alguna forma lo que has aprendido. Por ejemplo, en un mapa mental, en un resumen o explicándolo en voz alta (personalmente la última es mi favorita). Es importante que no accedas en ningún momento a la fuente de información. Debes forzarte a recordar lo que has aprendido, es más incómodo, pero también más efectivo. Si no te acuerdas de algo apúntalo y continúa con el proceso de elaboración. Al acabar, revisa de nuevo la fuente de información para resolver tus dudas.
Por qué hacerlo y cómo me ha ayudado a mí
Héctor Ruiz nos dice que estamos acostumbrados a “subrayar y releer” para estudiar. Sin embargo, el tiempo invertido en estas dos acciones es poco efectivo, podemos pasarnos mucho rato sin llegar a integrar las ideas correctamente. aunque es más cómodo estudiar así, y por ello suele ser la elección favorita de muchas personas. Pero justamente este es uno de los factores que deberíamos tener en cuenta: La comodidad normalmente es sinónimo de poca eficiencia. De modo que, en cuanto al aprendizaje, cuanto más incómodo más efectivo. El objetivo de este ejercicio es que puedas aprender rápida y efectivamente.
Personalmente, me ha funcionado especialmente bien en cuanto a recordar ideas a largo plazo. Durante mucho tiempo he pecado de conformarme si era capaz de entender con cierta profundidad lo que estaba estudiando, sentía que ese era el punto en el que ya había aprendido. Por supuesto, esto no era suficiente y al cabo de pocas semanas ya había olvidado gran parte de la materia. Con este ejercicio, lo que he notado es la facilidad para establecer conocimientos a largo plazo.
Para acabar, si te has quedado con ganas de aprender más sobre el aprendizaje, te recomiendo leer el libro de Héctor Ruiz, Aprendiendo a aprender. Si no tienes tiempo para el libro entero, en este capítulo de Fitness revolucionario hay una entrevista a Héctor Ruiz muy interesante donde tratan las ideas principales que aquí comparto con más profundidad.