Poner en práctica tus valores

Temática del ejercicio

Inteligencia emocional.

Descripción general del ejercicio

Con los dos emails anteriores, has identificado los valores que tenías inherentes, y has tenido la oportunidad de reflexionar sobre cuáles son los valores por los que te quieres comenzar a mover a partir de ahora.

En este ejercicio vamos a ver cómo poner en práctica estos nuevos valores que has elegido.

Cómo lo hago

Este ejercicio lo debes hacer por las mañanas, y consiste en lo siguiente. En una hoja debes apuntar uno de los valores elegidos, con la definición completa que trabajaste con el email anterior, y debajo debes preguntarte: Si hoy hiciera todo lo necesario para poner en práctica este valor, ¿cómo actuaría?

Durante los próximos 10 o 15 minutos haz una lluvia de ideas de todo lo que deberías estar haciendo hoy para poner en práctica este valor. Aunque algunas de las ideas te parezcan demasiado exageradas o suenan estúpidas escribelas igualmente. Nadie tiene que leer tu ejercicio así que puedes poner todo lo que te pase por la cabeza.

Personalmente trabajo un único valor por día. Comencé haciendo el ejercicio para todos los valores cada día, pero requería demasiado tiempo y me costaba focalizarme durante el día en qué valor debía trabajar.

Un buen complemento para acabar el ejercicio es hacer una revisión por la noche de qué apuntaste en la reflexión de la mañana y cómo de cerca o lejos te encuentras de estas acciones. No es un ejercicio para fustigarte, piensa que durante muchos años has estado moviéndote por unos valores diferentes, de modo que no te culpes por no ser capaz de cambiar radicalmente tu forma de actuar. Simplemente sé consciente de en qué punto estas y qué podrías hacer las próximas veces para poner en práctica tus valores.

Para acabar, recuerda que tienes a tu disposición el diario de aprendizajes, que te permite analizar los cambios que haces al poner en práctica cualquiera de los ejercicios para decidir tú mismo si es útil o no.

Por qué hacerlo y cómo me ha ayudado a mí

La gracia de este ejercicio es que cada mañana te obliga a hacer una reflexión de cómo deberías afrontar tu día para poner el valor en práctica. Lógicamente, esto no quiere decir que el primer día ya seas capaz de actuar como te gustaría, cambiar tus valores no es algo tan sencillo, pero sí te ayudará a ser más consciente de cómo deberías actuar. Cuando lleves un tiempo haciendo el ejercicio, es probable que durante el día recuerdes aquellas cosas que apuntaste en el ejercicio de la mañana e incluso que veas más rápidamente nuevas oportunidades que van surgiendo para poner en práctica tus valores.

En este caso, a diferencia de los dos emails anteriores, el ejercicio que te propongo es periódico. Y esto es importante, porque como ya hemos dicho lo que quiere decir es que no vas a cambiar tus valores de la noche a la mañana, sino que es importante ser consistente y, poco a poco, ir haciendo pequeños pasos hacia donde quieres.

Personalmente lo he puesto en práctica durante más de tres meses y me ha resultado especialmente útil. Aún me sorporendo a mí mismo identificando nuevas acciones que puedo hace en mi día a día para poner mis valores en práctica.

Ademñas también funciona como una brújula que me permite ver en qué punto estoy y evaluarme al final del día para saber cómo de cerca he estado de seguir los valores propuestos.