Temática del ejercicio
Foco e inteligencia emocional
Descripción general del ejercicio
Hoy traigo un ejercicio que proponía Marcos Cartagena en un podcast, experto en japón y autor de varios libros sobre filosofía japonesa. Esta práctica nos va a permitir ser más conscientes de lo que estamos haciendo y predispuestos a disfrutar más del momento presente.
Cómo lo hago
El ejercicio consiste en lo siguiente: Justo antes de comenzar a hacer algo, cierra los ojos e imagina por un momento que estás en el futuro, y que, a causa de alguna catástrofe ya nunca más podrás recuperar tu vida actual y volver a vivir el momento que estás apunto de vivir. Sin embargo, se te concede la oportunidad de volver al momento presente para disfrutar de lo que vas a hacer una última vez. Una vez hayas visualizado esto, abre los ojos y haz lo que ibas a hacer.
Un ejemplo: Marcos nos dice que a veces, cuando está jugando con su hijo, si siente que está distraído, hace el ejercicio durante unos minutos de la siguiente manera: Se plantea que está en el futuro, y a causa de alguna enfermedad su hijo ya no está. En ese momento, imagina que le dan la oportunidad de volver al momento actual, para jugar con su hijo una última vez. En ese momento, al darse cuenta de la suerte que tiene de estar en este presente, y de que todo es pasajero y que no sabe qué le deparará el futuro, disfruta más de ese momento y es más consciente mientras juega con su hijo.
Por qué hacerlo y cómo me ha ayudado a mí
La hipótesis es que, al hacer este ejercicio, nos damos cuenta de que no sabemos cuánto tiempo vamos a poder continuar disfrutando de nuestra vida, nos permite ser conscientes de que la vida es efímera y de que este momento es único. Esto nos lleva a ser más agradecidos con lo que tenemos y a poner nuestro cerebro en un estado de predisposición a disfrutar más del momento presente.
Personalmente, reconozco que me ha costado encontrar momentos para aplicarlo. A diferencia de otros ejercicios, este me requiere un poco más de tiempo y el vórtice de tareas y reuniones del día a día no me da demasiado margen. Sin embargo, en los momentos en los que lo he aplicado sí me a parecido efectivo.
Algo que me he dado cuenta es de que no es tan necesario que la historia sea perfecta (es decir, no hace falta encontrar la causa exacta de por qué no puedes volver a hacer la tarea que tienes delante) sino simplemente dar por hecho que ya no la puedes volver a hacer. Si te pones a pensar en la historia con mucho detalle te puedes perder en los matices, inviertes demasiado tiempo y al final te alejas del punto clave que es entender que este momento es único y debes estar agradecido y disfrutarlo.
Ahora es tu turno, ¡mucho ánimo!