Mantener la actitud perfecta

Descripción general del ejercicio

Uno de mis objetivos es mantener la actitud correcta cada día. La actitud correcta no está tan relacionada con ser amable con los demás (que también) sino con ser capaz de afrontar los sucesos del día de una determinada manera. Por ejemplo, para mi es importante tomarme mi trabajo con una actitud “deportiva”, y esto quiere decir:

  • Estar abierto a aprender de los errores sin fustigarme exageradamente por ellos.
  • Gestionar mis emociones negativas y actuar de forma racional.
  • Percibir cada tarea como un reto por muy aburrida que pueda parecer de inicio.
  • No dar más importancia de la que merece a lo que digan o piensen los demás.
  • No criticar a los demás ni quejarme de las cosas sin hacer nada por cambiarlas.
  • Tomar las decisiones en base a mis valores y no a incentivos de reconocimiento o económicos.
  • Enfrentar el miedo a ser diferente, o quedar mal, cuando hago lo correcto.
  • etc.

Para asegurar que cada día mantengo esta actitud, he creado una metodología combinando diferentes ejercicios. Como verás, cada uno de estos ejercicios los podrías hacer por separado, pero personalmente, he visto que juntos tienen mucho impacto.

Cómo lo hago

Antes de nada, puedes definir la actitud que quieres tener al igual que yo he hecho arriba.

Por la mañana
Cada la mañana, justo antes de trabajar, mira el calendario del día y luego, durante unos 3-5 minutos, completa cada una de las siguientes frases que dejo abajo con todos los finales que se te ocurran. Es decir, comienza por la primera y dedícale 3-5 minutos. Luego salta a la segunda y haz lo mismo. Cada frase la debes completar tantas veces como puedas en el tiempo establecido.

  • Si hoy tuviera la actitud correcta…
    • Aquí escribiremos todas las ideas que nos vengan a la cabeza sobre cómo nos gustaría actuar hoy. Puede ser desde una idea global que me puede servir para cualquier otro día, hasta un suceso muy concreto del día de hoy.
  • Si hoy todo saliese mal…
    • Aquí debemos pensar todas las cosas que podrían salir mal.

Recomendación: En el ejercicio de completar frases no te pares a pensar demasiado, simplemente escribe lo que te pase por la cabeza, tan rápido como puedas. No te preocupes, no hay bien ni mal. La idea es que tu subconsciente suelte todo lo que está pensando y se fuerce a pensar en cómo le gustaría actuar durante el día.

Por la tarde
Al final del día, vamos a hacer un ejercicio diferente. Aquí no hace falta que completes frases, ni que vayas rápido. En este caso, consiste en hacer una reflexión.

  • ¿Qué actitud correcta he tenido? ¿Cómo lo podría repetir?
    • Aquí vamos a pensar en todas aquellas veces que hemos actuado de forma correcta (aunque haya sido por intuición) y vamos a intentar reflexionar sobre cómo podemos repetirlo en un futuro.

Vamos a poner un ejemplo de cada ejercicio

  • Si hoy tuviera la actitud correcta
    • No me quejaría sin proponer soluciones.
    • No me enfadaría si llueve durante el evento que tenemos hoy.
    • Me tomaría cualquier dificultad o tarea rutinaria como un reto. Pensaré que es una oportunidad para crecer.
    • Me tomaría las cosas con calma. No me centraría tanto en acabar cosas como en hacerlas bien. No tendría prisa.
    • Pensaría mucho más en lo que tengo que hacer y cómo hacerlo que acabar rápido.
    • Respiraré tres veces antes de contestar algo que me molesta.
    • Todo lo que me digan los demás, será un punto de aprendizaje visto desde la distancia. No pensaré tanto en si he quedado bien o mal, como en si estoy consiguiendo lo que quiero.
  • Si hoy todo saliese mal…
    • En el evento de hoy lloverá.
    • Me pegarán la bronca por haberme olvidado de hacer una tarea.
    • En la presentación a los directores que tengo hoy me pondré nervioso y no me expresaré bien.
    • Me lesionaré haciendo ejercicio en el gimnasio.
    • La policía me multará porque no me va la luz delantera del coche.
  • ¿Qué actitud correcta he tenido? ¿Cómo lo podría repetir?
    • Si, por ejemplo, has sido capaz de gestionar bien una emoción (por ejemplo, un enfado), pregúntate qué has pensado para relajarte, ¿qué factores te han ayudado a lidiar con él? De este modo, poco a poco irás encontrando aquellas claves que te hagan ir mejorando tu actitud en el día a día.

Por qué hacerlo y cómo me ha ayudado a mí

El ejercicio que propongo (completar frases) es una versión del ejercicio del libro “Los seis pilares de la autoestima” de Nathaniel Branden. En este caso no es para trabajar la autoestima, pero el método que usa nos sirve igual.
Este ejercicio, como dice Nathaniel Branden en su libro, ha resultado uno de los más efectivos según su experiencia. Le permite a tu cerebro forzarse a pensar en cómo actuarías en diferentes situaciones, y también le da la oportunidad a tu inconsciente de sacar a la luz todos los pensamientos más sumergidos.

Además, completar rápido estas frases es un “entrenamiento” para que tu cerebro sea capaz de encontrar la “actitud correcta” en cualquier situación de forma rápida. Si le dedicas mucho tiempo a pensar cual es esa actitud, quizás podrás responder las frases por la mañana y con tiempo, pero sería raro que pudieses actuar correctamente ante una situación espontánea del día a día.

El ejercicio “si hoy tuviese la actitud correcta…” te permite recordarte cómo deberías actuar. Es importante no hacer una lista el primer día y repetirla los próximos días (aunque pueda ser tentador) porque la gracia está en que tu cerebro haga el esfuerzo de pensar de nuevo cómo debería comportarse hoy para tener la actitud correcta.

El ejercicio de “si hoy todo saliese mal…” es una versión del ejercicio estoico de visualización negativa. En este caso el objetivo es prepararnos para que las cosas salgan mal. Como dice Marcos Vazquez en su libro “Invicto”, este ejercicio tiene diferentes beneficios:

  1. Nos ayuda a aceptar lo indiferente: Hay cosas que están fuera de tu control y en vez de verlas como catástrofes debemos verlas como eventos “indiferentes”.
  2. Nos ayuda a prevenir lo que no queremos y preparar una respuesta: Ser capaces de ver aquellas cosas sobre las que sí tenemos control y buscar una solución.
  3. Mitiga el impacto: Exponernos de forma controlada a los miedos que tenemos nos ayuda a familiarizarnos con ellos, a quitarles importancia.
  4. Evita la adaptación hedónica: Resumiendo, te permite ser más consciente y agradecido por lo que tienes. No dar por sentado que todo lo bueno que tienes es para siempre te permite disfrutarlo más.
  5. Reduce la preocupación: Aunque pueda parecer contradictorio, reflexionar sobre un problema no aumenta la preocupación, sino que la reduce. Es importante que hagas el ejercicio con esta idea en mente, no lo haces para preocuparte por las cosas, sino para reflexionar todo lo que podría salir mal y estar preparado por si pasa.

Finalmente, el ejercicio de “¿Qué actitud correcta he tenido? Y, ¿cómo podría repetirlo?” Nos permite por un lado felicitarnos por lo que hemos hecho bien, y por otro ser conscientes de cómo podríamos repetirlo en un futuro. Este ejercicio es de Josh Waitzkin, un gurú del aprendizaje que ha sido desde campeón de ajedrez hasta campeón de Jiujitsu, lo escuché en un episodio de Kaizen de Jaime de Santiago en el que resume su libro, explica cómo al final del día Josh siempre se pregunta qué he hecho bien y cómo puedo repetirlo la próxima vez para desarrollar su intuición.

Deja un comentario